jueves, 29 de mayo de 2008

¿Educación libre? (II)

Y continuando con esto de EpC creo que lo mejor para que la gente se dé cuenta de la intención adoctrinadora de la asignatura es mostrar los textos. Aquí van dos del libro de la editorial Akal que he sacado de LibertadDigital:

- "La mayor amenaza que ha pesado nunca sobre la pervivencia de la familia la constituye precisamente el capitalismo" por lo que asegura que "hay sólo un país en el mundo que tiene un desarrollo aceptable y universalizable a la vez: Cuba". (EpC, Democracia, Capitalismo y Estado de Derecho, Ed. Akal) Ya, mira si es aceptable su desarrollo que casi todos son pobres. Y a los disidentes los torturan y los matan. Creo que está más que demostrado que el comunismo no es una buena opción. No, que va, nadie intenta adoctrinar aquí...

-En el bloque de la igualdad entre hombre y mujer aparece un dibujo sobre la expulsión de Adán y Eva del paraíso y en ella dicen: "Ya te lo advertí, Eva, que eso de que pensásemos no le iba a hacer ni una pizca de gracia al viejo". (EpC, Democracia, Capitalismo y Estado de Derecho, Ed. Akal) Sí, en esta asignatura se enseñan los valores constitucionales. Pues yo aún no he encontrado en la Constitución el tema: "Ataque a los católicos".

Os agradecería que me dejaseis comentarios con más textos para ir colgándolos y demostrar lo dictatorial de esta asignatura. Yo tenía un documento con un montón de burradas más, pero no lo encuentro. Cuando lo haga lo cuelgo entero.

miércoles, 28 de mayo de 2008

¿Educación libre?

Leo en Público que la asociación Padres en Acción va a presentar más de 800 objeciones de conciencia a EpC. Leo también los comentarios que dejan los lectores y la verdad es que e irritan mucho.

Se quejan estos "tolerantes" de que padres "pudientes", que pueden llevar a sus hijos a colegios privados, objeten. Bueno, tal vez estos intelectuales de la educación no hayan pensado que si hay padres que llevan a sus hijos a colegios privados es porque en los públicos no se educa como quieren ellos. De hecho, en los colegios públicos no parece que se enseñe muy bien (alto nivel de ignorantes y en aumento), aparte, por supuesto, de la "igualdad y la tolerancia". Y tampoco han pensado que hay padres no "pudientes" que tienen que aguantar la basura que les ofrece el gobierno.Y lo más gracioso de todo es que la mayoría de estos "objetores a la objeción de conciencia" no tiene hijos...

Pero no hay que resignarse, no podemos permitir que esta cultura de la ignorancia se extienda. Se empeñan en mezclarlo todo con la Iglesia. Que uno no quiera ser educado en el relativismo que predica la progresía gobernante no significa que quiera ser educado en la moral de la Iglesia. Y, si es así ¿qué? Parece que porque un padre quiera educar a su hijo en la religión católica es un fascista y un intolerante. Yo más bien tacharía de intolerante el hecho de que los padres tengan que pagar unos colegios públicos en los que no van a matricular a sus hijos y en los que se enseña algo que no quieren que se enseñe. Los padres están obligados a pagar la educación laicista y relativista que propone el gobierno, a pagar una supuesta "educación en libertad" con la que no están de acuerdo. ¿Eso es libertad?

jueves, 22 de mayo de 2008

¿Dolor? ¿Sufrimiento? ¿Para qué?

Leí ayer en ADN un artículo escrito por Ángela Becerra y titulado "Hay que vivirse". En este artículo hace una especie de apoligía de la vida y nos invita a todos a vivir al máximo cada día. Uno escucha con mucha frecuencia esta expresión pero no termina de saber muy bien que significa. ¿Tal vez aprovechar bien cada minuto de nuestro tiempo? ¿O aprovechar bien cada minuto de nuestro tiempo para darnos satisfacción? Creo que hoy en día los tiros van más en la línea de la segunda propuesta.

Yo quería centrarme en una afirmación concreta que hace la periodista:
"[Es ahora] cuando tomamos solvente conciencia de que bajo ningún concepto vinimos al mundo a sufrir". Creo que esta idea plasma a la perfección la mentalidad de la sociedad actual. Probablemente sea cierta en el sentido de que no estamos hechos concretamente para sufrir, en tanto que el sufrimiento no es un fin en sí mismo. Pero que el ser humano va a sufrir, y no poco, a lo largo de su vida, es un hecho innegable.

Tanto si uno vive una vida recta, como si vive una vida moralmente reprobable o si vive una vida dedicada a la satisfacción propia, lo cierto es que va a sufrir. El que viva una vida recta y ordenada sufrirá porque las cosas cuestan un esfuerzo, tener una familia, sacarse una carrera, trabajar... todo eso cuesta conseguirlo. El que viva una vida moralmente reprobable tal vez no se dé solo al placer, pero ciertamente no se sentirá a gusto consigo mismo, no será feliz. Y eso causa dolor. El que viva una vida dedicada al placer se sentirá vacío y también infeliz. Puede que no sufra físicamente, pero algo queda insatisfecho en su interior.
Podemos estar seguros por tanto de que hagamos lo que hagamos vamos a sufrir, ya sea física o psicológicamente. Si esto es así podemos estar seguros también de que estamos hechos para aguantar el dolor. De otra forma moriríamos nada más nacer.

Para plasmar mi siguiente idea se me ocurre una historia. Imaginemos a un valiente caballero que ha de rescatar a su princesa, la cual se encuentra encerrada en un castillo rodeado por un zarzal de dimensiones gigantescas. El caballero no dudará en atravesar el kilométrico zarzal para llegar hasta su amada. Y no le importará que ello le cueste infinidad de arañazos y cortes. De hecho puede llegar a verlos como caricias, pues cada uno de ellos significa que está a un paso menos de su querida princesa. No le importa el sufrimiento porque el fin de su gesta es mucho más elevado que éste. Ahora bien, si en algún momento pierde de vista cuál era el objetivo de su misión, la abandonará irremediablemente, porque el sentido de su sufrimiento ha desaparecido.
Y si su sufrimiento pierde su fin, el sufrimiento mismo carece de sentido.

Como he dicho, el sufrimiento no es un fin en sí mismo, es un medio. El sufrimiento sólo tiene razón de ser si se sufre por algo o alguien. En ese sentido creo que los cristianos llevamos una gran ventaja al resto del mundo. Nuestro Fin es el más elevado de todos, nuestro Fin último es Cristo. Y por ello no debemos temer el dolor. Cuando uno sufre por amor el sufrimiento se hace llevadero. Pero si el fin del sufrimiento somos nosotros mismos, el sufrimiento acaba por no tener sentido (¿para qué pasarlo mal en vez de estar cómodamente sentado sin hacer nada?). Si no se tiene un Fin, el dolor lógicamente pasa ser algo despreciable e innecesario. Qué tristes y mediocres son esas vidas...

Cuando se ama, el sufrimiento se convierte en algo maravilloso. Ése es el problema de la sociedad. No sabemos amar, hay que aprender a hacerlo...

jueves, 15 de mayo de 2008

Cuando fluye la verdad y las babosas se acojonan

Este post llega un poco tarde, pero quería escribir algo sobre ello:

Hace unas semanas Daniel Anido, director de Cadena Ser, nos obsequiaba con un desagradable artículo ( "Cuando fluye la baba y el periodismo se acojona") en el que denunciaba la falta de ética y la ignorancia de muchos periodistas del "bando enemigo". Lo hacía con una pomposa sarta de insultos hacia aquellos que se atreven a hacerle la competencia y no secundan sus ideas.

Si ayer hablaba de la "dictadora" Maria Antonia hoy podría decir que el señor Anido no le va a la zaga. Este supuesto defensor de la verdad y la libertad hizo lo mismo que hace la escritora de El País y lo mismo que hace en general el burgo socialista. Este desgraciado hipócrita cae en lo mismo que intenta denunciar con su artículo: insulta y descalifica al "oponente" sin nigún reparo ni justificación, sólo porque son "el enemigo", porque piensan de manera diferente.

Podemos advertir que todas estas babosas progres se revuelven en sus asientos cuando escuchan el sonido de la Verdad. Pero no están dispuestos a dejar que nadie les incomode. A estos desgraciados no les cabe en la cabeza que alguien quiera levantarse sobre los demás y gritar. No les cabe en la cabeza que alguien quiera ser libre, que alguien no quiera dejarse controlar por su ideología relativista. Estos supuestos defensores del pueblo y de la igualdad, que se sientan en asientos de terciopelo e ingresan ingentes cantidades de dinero todos los meses, intentan dominar las conciencias del pueblo español. Y por ello se acojonan cuando descubren que hay alguien que se niega a convertirse en un esclavo intelectual, porque ese alguien puede revelar lo hipócritas que son y lo tiránico de su actuar.

Cuando se alza la voz de la VERDAD estas babosas se acojonan e intentan acallarla por todos los medios para no perder su poder. Cuando fluye la VERDAD, las babosas se acojonan y empiezan a gritar airadas, delatando así su carencia de escrúpulos y su perversidad.

martes, 13 de mayo de 2008

Maria Antonia Iglesias: Réquiem por un sueño

María Antonia Iglesias, escritora del diario El País y ex-directora de Informe Semanal deTVE durante el gobierno Felipe Gónzalez, es una habitual en el programa de Sáenz de Buruaga Madrid Opina. Ayer hizo, como de costumbre, intervenciones gloriosas que serán recordadas por algunos a causa de su hipocresía y su irreverente desfachatez. Pero esto no debe sorprendernos, pues es algo a lo que nos tiene acostumbrados.

Esta mujer, en pleno debate sobre las relaciones Iglesia-Estado, se atrevió a declararse católica para dar más veracidad a sus ataques, ya no críticas, a la Iglesia Católica. Después de haber llegado a afirmar en otro programa que militó en el Partido Comunista y de atacar a conciencia el ideal cristiano en numerosas ocasiones, tachando de fascista e intolerante a todo aquel que lo defendiese e insultando a todo ser humano perteneciente al clero, después de todo eso se atrevió ayer a declararse católica para poder atacar sin ninguna piedad a todos los católicos.

Esta oronda señora, esta especie de ser humano degenerado en una babosa pseudoinformadora, que se dice tolerante y defensora de la libertad, insulta y falta al respeto a todo aquel que ose llevarle la contraria. Con su verborrea, digna de ser comparada con el más pestilente estiércol salido jamás de la boca de Hugo Chávez, agrede y descuartiza sin piedad a todo ser viviente que se atreva a hacer uso de su libertad de una forma que ella considere incorrecta.
Maria Antonia Iglesias manipula el lenguaje y la verdad para hacer de sus declaraciones auténticos dogmas de fe. No sé donde escuché que si miras en la boca de la gente verás mentiras retorciéndose como gusanos. Pues si uno mira en la boca de Maria Antonia no verá gusanos sino gigantescas anacondas.

Podemos ver en ella el modelo de progresista actual. La mayoría son iguales que ella, pero son capaces de disimular esa vena dictatorial, cosa de la que no es capaz para nada.

Y en el fondo de toda esa personalidad dictatorial se esconde en realidad el mismo deseo que se esconde en lo profundo de la izquierda española: el deseo de un Estado todopoderoso que controle todas y cada una de las cosas que hacemos los ciudadanos. Un Estado que, al fin y al cabo, acabe con nuestra libertad para poder ellos imponer sus criterios y su ideología. Detrás de toda esa fachada de tolerancia y pluralismo habita sin embargo un ansia de imponer sus creencias. Y parece que, para ellos, la cosa marcha viento en popa, pues van poco a poco logrando sus objetivos. Las cosas van como en aquel verano en el que Harry Goldfar y Tyrone C. Love saborearon la gloria gracias a la prosperidad de su negocio de "caballo". Al igual que el posterior hundimiento de ambos con su sucio negocio también ese sueño de un Estado todopoderoso, muy parecido al que dominó Rusia durante la negra etapa del comunismo, se desvanecerá como una nube de polvo, pues está fundamentado en basura, en un retorcimiento moral.

Por ello todos los esfuerzos por alcanzar ese "perfecto" Estado laico (laicista en realidad) y tiránico no son más que un canto fúnebre a un sueño que ha nacido muerto.

lunes, 12 de mayo de 2008

La dictadura de la tolerancia

Me parece que la mejor forma de estrenar éste blog es con una entrada que puede parecer chocante. Lo dicho: la dictadura de la tolerancia.
Hace dos días me llegó a mi cuenta de Tuenti una invitación para participar en un debate sobre el aborto. Curiosamente, la mayoría de los que lo defendía soltaba eso de: "respeta mi opinión". Lo decían porque muchos afirmábamos que que el aborto es un asesinato y, en consecuencia, el que aborta asesina.
Creo que en la sociedad actual pasa exactamente lo mismo. Bajo una frase aparentemente a favor de la libertad y aparentemente madura y moderada se esconde en realidad todo lo contrario. Cuando me dicen que no diga que el aborto es un asesinato, me están pidiendo que me calle. Y me lo piden porque mi opinión no les gusta, no les gusta pensar que pueden estar equivocados y por eso han de acallar aquellas voces que les hagan sentirse incómodos. Porque, ¿qué significa respetar una opinión?. ¿Significa acaso no estar en contra de ella? Aquí está el error. Son las personas las que merecen nuestro respeto, como seres humanos que son, no sus opiniones. Discrepar de una opinión no significa no respetar a la persona que la sostiene. Debemos escuchar las opiniones de los demás y permitir que las argumenten, de eso no cabe ninguna duda, pero no estamos obligados a aceptarlas como acertadas ni mucho menos a callarnos la nuestra porque a alguien no le vaya a gustar.
El problema con el que nos enfrentamos es que las personas no quieren oír aquello que pueda hacerles sentir incómodas. Toda idea que no coincida con la suya se convierte en un estorbo, en algo que no se puede tolerar. Es entonces cuando se acude a eso, a la tolerancia. Si yo digo que el aborto es un asesinato haré sentirse incómodos a los proabortistas y por ello me convertiré en un intolerante.
Pues no señores, la tolerancia no es callarse cosas que puedan no gustar. Y tampoco aceptar todas las ideas como válidas es tolerancia. La opinión de un economista no sirve si lo que se está debatiendo es el funcionamiento de un motor. O por lo menos no es igual de válida que la de un mecánico, que sí sabe del tema. No. Tolerancia es saber convivir con personas que piensan de forma distinta a la nuestra y respetarlas. Y eso no implica tener que aceptar sus ideas ni mucho menos.
Con la excusa de la tolerancia, se intenta callar a medio país. Con esa frase, " hay que ser tolerantes", se adopta una postura del todo intolerante y se pasa a aceptar sólo lo que uno quiere oír. Vivimos en una dictadura intelectual, en la que sólo valen la ideología oficial y lo políticamente correcto.Esto sí que es algo intolerable...