Doce millones de euros dan para mucho. Suponiendo que tuviésemos doce millones de euros provenientes de las arcas públicas y que, por tanto, hubiese que gastar en algo de carácter público, común, de utilidad para todos, a nadie se le ocurriría destinarlos, por ejemplo, a comprar cascos para que, todos aquellos que quieran practicar deportes de riesgo, lo hagan con más seguridad. El que quiera practicar deportes de riesgo lo hace bajo su propia responsabilidad y el resto de la sociedad no tiene por qué pagarle su equipo. Si no quiere acabar con la cabeza rota, que se compre él mismo su equipo o que no practique ese deporte. Pero no porque le guste mucho bajar una montaña en patines o remontar un río caudaloso con los dedos de los pies tienen los demás que financiar su equipo.
De esa misma forma creo que la operación sanitaria que comenzaba hoy es un poco absurda e injusta. Hoy se empezaba a vacunar a las niñas de entre 11 y 14 años del VPH (virus del papiloma humano), causante del cáncer de útero. Se disponen de unas 30.000 dosis de esta vacuna, cada una de las cuales cuesta 400 euros. Teniendo en cuenta que la vacunación va a ser gratuita (adivinen quién la paga) y que el VPH es un virus de transmisión sexual me parece que nos encontramos con un dilema. Digo yo, si las niñas quieren tener relaciones sexuales desde los 15 sin ningún tipo de problemas en lo que al VPH se refiere, que se paguen ellas la vacuna. Las niñas no están expuestas a la infección sí o sí. Como en el caso que he expuesto antes, si no quieren infectarse, que no mantengan relaciones o que se paguen su "equipo". Es como si, con la excusa de evitar el contagio del SIDA, tuviésemos que pagar los preservativos de sabor a fresa de los que quieren acostarse sin problemas...
Doce millones de euros dan para mucho, y en la situación económica en la que nos encontramos no estamos como para gastarlos en caprichos.
lunes, 1 de septiembre de 2008
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